Un día en Bosnia y Herzegovina
- Olalla
- 22 abr 2015
- 3 Min. de lectura
Hace casi dos semanas estando en Dubrovnik, JP y yo decidimos hacer un viaje corto a Mostar en Bosnia y así conocer un poco del país vecino.
Una de las cosas más interesantes de Bosnia es que finalizando el periodo medieval y con la llegada de los otomanos. La mayoría de los habitantes aceptaron el islam como nueva religión, que hasta hoy sigue siendo un factor social muy importante en Bosnia y Herzegovina. Por lo que la mayor parte del patrimonio cultural de Bosnia, como el Puente de Mostar, provienen de este periodo. Para mi fue un choque cultural fuerte pasar de estar en Dubrovnik, entrada la primavera, con mujeres en shorts y vestiditos cortos, a entrar a Bosnia y ver mujeres en burkas y todo el asunto. De repente no me sentí tan bien por la forma en que iba vestida.
En fin, el bellísimo Puente Viejo de la ciudad de Mostar que les mencionaba, sobre el río Neretva, es uno de los monumentos históricos más famosos de la antigua Yugoslavia. El puente, junto al “old town” que lo rodea forma parte del Patrimonio de la Humanidad desde 2005.

Pero una de las cosas más fuertes en Bosnia, por lo menos en esta región es la sensación amarga de postguerra que deja ver sus tierras.
De camino vimos miles de ruinas de edificios y campos enteros llenos de piedras que en algún momento fueron construcciones.
De hecho el mismo puente de Mostar fue volado durante la guerra de Bosnia en 1993. Por dicha, con la llegada de la paz se iniciaron los trabajos de reconstrucción, bajo la colaboración de la Unesco y de organizaciones de rescate del Patrimonio de la Humanidad, y en el de 2004 se reinauguró el antiguo puente construido por los arquitectos turcos 500 años antes.

Algo bastante divertido del puente es que cuando hace buen clima (como el día que fuimos) algunos locales, a cambio de algunas monedas (en Mostar se aceptan kunas y euros) les da por zambullirse en clavado desde el puente, mientras los turistas miran asustados. Y después grandes aplausos entre los llamados a la oración de las mezquitas. Un lugar único.

Una cosas súper importante para quienes se aventuren a conocer Mostar es ir con zapatos cómodos y con buena tracción porque las piedras que componen el camino se sienten casi pulidas, así que intentar usar tacones, como vimos a más de una estrella, es tentar demasiado a la muerte.
Una de mis cosas favoritas de Móstar fue la comida, la combinación entre comida árabe (falafel, salsas de yogurt, pan árabe) y comida más de la región como los guisados de carne y el famosísimo y altamente recomendado Ćevapi, hacen que comer aquí sea riquísimo y divertido.
Durante la tarde ya saliendo de Mostar paramos en Počitelj, un antigua “ciudad” que durante la edad media, gracias a su posición estratégica fue considerado un importante centro administrativo y de gobierno de la región. Es un lugar mágico ya que las construcciones van desde el siglo XVI hasta el XVIII, por lo que se ven partes tanto medievales como otomanas.
Entonces si están por Mostar en algún momento no dejen de ir un rato a conocer Počitelj.

Para ver más fotos de este día en Bosnia y Herzegovina pueden entrar a este álbum: Bosnia y Herzegovina
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