Cap d'agde: mi aventura en una playa nudista
- Olalla
- 13 jul 2015
- 4 Min. de lectura
Comienzo esta entrada avisándoles que no van a haber fotos, pues porque en este lugar tan extraño no se permiten las fotografías o las cámaras.
Cap d'Agde es el nombre de un complejo turístico de la costa mediterránea de Francia. La oferta vacacional está orientada al turismo naturista y la práctica del nudismo que puede realizarse en todo un barrio residencial con servicios y equipamientos completos.
Es decir que no sólo es una playa nudista si no que es como un complejo turístico nudista, ¡oh los franceses libertinos!. La verdad llegamos y yo no sabía qué esperar, el dueño del apartamento donde nos hospedamos quedó en recogernos en una de las entradas del complejo, porque los taxis no tienen permitida la entrada, no sé por qué pero me empezó a entrar un poquito de miedo.
Sobretodo porque me imaginaba a un montón de gente preciosa, firme y ejercitada, tomando el sol con sus cuerpos perfectos a la vista de todos los demás mortales. De hecho decidí un mes antes de los días en Cap d'age ponerme a dieta y a hacer ejercicio con muy pocos resultados.
Cuando entramos al complejo lo primero que vi fue una pareja bastante, pero bastante mayor completamente desnuda caminando en dirección a un edificio. Mi primera reacción fue mirar a otro lado, pero al mismo tiempo me costaba procesar lo que había visto… Dos abuelitos felices y desnudos por la calle, como si nada.
Una vez en el apartamento hacía tanto calor que JP y yo decidimos ir a la playa, y este fue el momento más difícil de mi visita a Cap d'age, no me atrevía a nada más salir desnuda del apartamento, simplemente no me atrevía.
JP simplemente se quitó toda la ropa y se dirigió hacia la puerta, yo me quedé pensando que hacer presa del pánico… Después de unos minutos de darle largas al asunto decidí ponerme mi traje de baño y quitarme sólo el sostén… a ver como me sentía…
El camino a la playa lo hice tratando de no pensar, a duras penas, en mi situación topless, de vez en cuando alguien pasaba completamente desnudo, pero a veces nos topamos con gente vestida, que recién venia llegando al complejo, o saliendo… Y eso era lo peor, porque estar desnudo no es tan difícil si todo el mundo lo está, pero si otra persona está vestida y te vuelve a ver, lo único que quieres es desaparecer.
Pero cuando llegué a la playa empecé a sentirme mejor, en la playa todo el mundo estaba desnudo, familias enteras con niños, ancianos y jóvenes (aunque pocos), todos en pelotas tomando el sol o metiéndose al mar…
Empezamos a caminar por la playa y me animé a quitarme la parte de abajo del bañador, me sentía extraña siendo la única medio vestida, además creo que llamaba más la atención por estar vestida de la cintura para abajo.
Nos topamos a todo tipo de gente y cuerpos de todas las edades, y a nadie parecía importarle la barriga de alguno, las nalgas caídas de otra, la vejez de esa señora… ¿Qué importaba si tengo algunas estrías? O no hago tanto ejercicio como debería.
Algo sumamente curioso es que había más del doble de adultos mayores que de jóvenes adultos… Me pregunto si será por que la gente joven nos cuesta mucho más aceptarnos que la gente más mayor y experimentada.
Estuvimos sólo un fin de semana en Cap d'age pero es una de las mejores experiencias que he tenido. Me empecé a ver al espejo con otros ojos, mas amorosos, sabiendo que sí, debería hacer más ejercicio, pero soy joven, soy guapa, mi cuerpo es sano… Me sentía realmente contenta.
Estamos acostumbrados a ver cuerpos semidesnudos o desnudos sólo en los medios o en el porno, donde se escogen para estar ante la cámara cierto tipo de cuerpos muy trabajados, con ejercicio, cirugías, dietas y hasta photoshop. Jamás pensé que me afectara verdaderamente este tipo de cosas, pero lo hace porque de repente empiezas a creer que tu cuerpo está bien, pero no es bonito, simplemente no lo es. Entonces te dices a ti misma: ok, soy segura, no estoy tan mal, pero obviamente jamás en la vida voy a enseñarle mi cuerpo a nadie más que mi novio, porque no tengo un cuerpo bonito y no soy como un ángel de Victoria's Secret.
Pero de repente estás en un lugar como este, donde gente de todas las edades, colores y formas se siente a gusto con quien es y como se ve, y la están pasando bien… Y uno empieza a darse cuenta de cómo se ve la gente de la vida real, y que tan bonito es nuestro cuerpo, y que estupidez es ir guardando poco a poco esas inseguridades tan absurdas.
Así que les comparto mi experiencia a ustedes, hombres y mujeres del mundo: La gente que anda caminando por la calle tiene estrías, arrugas, esta gorda o flácida, o demasiado flaca o tiene pechos u otras partes pequeños, otros muy grandes, o granos, dientes medio torcidos, están calvos, o tienen demasiado pelo donde no deberían, y siguen siendo bellos, son personas reales, bonitas pero reales. Podemos tener mil “defectos” y ser atractivos y deseados de todas formas, porque la gente ahí afuera también tiene miles de defectos pero hay algunos más seguros y con personalidades más establecidas que otros… los primeros son quienes se llevan la atención.
Muy poca gente en el mundo tiene dinero y tiempo para dedicarse a esculpir su cuerpo a medida de una revista, esa gente suele ser la que vemos en esas revistas, porque ese es su trabajo. Pero allá a fuera, las personas son normales, y tienen defectos como tú y como yo, y eso está bien, todo el mundo los tiene y no importa. Disfrutemos este cuerpo lindo que tenemos, démosle placer, cuidémoslo y querámoslo para que nos dure bastante, pero todos toditicos envejecemos. Y eso está bien, podemos ser felices y gustarnos mucho con nuestras imperfecciones hoy y gustarnos mañana con nuestras arrugas también.
Y en fin, no me quiero poner en plan autoayuda, pero es que no les puedo explicar lo impactada que quedé con esta experiencia, y les recomiendo de todo corazón que si alguna vez tienen la oportunidad de ir a Cap d'age, inténtenlo, porque se siente como otra dimensión, donde la gente parece siempre estar contenta.
Un abrazo para todos

*Foto del reconocido Spencer Tunick
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